Los afiliados no tienen contrato que los aten, los que licitan carteras acceden a ellas por la voluntad de ofrecer lo mejor y ganan en el proceso de hacerlo.
Lo único que mantiene al afiliado es su interés, si lo pierde nada ni nadie puede hacer nada al respecto, no tiene sentido contrato alguno. Lo mismo el que desea su servicio, si ya no lo necesita, no tiene sentido persuadirlo de que lo desee. |